Mares sin dueño

8 May 2020

«Tiene Mares sin dueño un aire, aunque en su caso habría que hablar bien de brisa, bien de viento, a historia clásica, trascendente, a drama intemporal. Para el lector Elisa llega a Mainland como la segunda señora de Winter llegaba a Manderley o Lockwood llegó a la Granja de los Tordos, con la sensación de que se asoma a algo grande. Y acierta, esta novela narra algo muy grande en cuanto a las cosas que suceden, pero mucho mayor aun en cuanto a lo que viven los personajes, a lo que sienten. Es un texto de una penetración psicológica digna de la gran literatura de la que Esther Ginés es gran conocedora, fiel seguidora y enamorada lectora».

Andrés Barrero