Me desperté con dos inviernos a los lados
«Nunca serán demasiados ni suficientes todos los esfuerzos para contribuir a erradicar la violencia por razón de sexo, un problema ancestral de nuestra civilización que vulnera los derechos fundamentales y la dignidad de tantas niñas y mujeres de todo el mundo. La sociedad civil debe comprometerse e invertir esfuerzos en promover una cultura y una educación donde no tenga cabida el machismo. La pena por las caídas y debilidades propias puede llegar a ser demasiado aplastante, capaz de degenerar en un autodesprecio de acero y fuego que hunde en los fangos de la miseria, uno que se alimenta del mismo veneno del que se intenta escapar. Elsa Veiga consigue contarlo como si fuera una caricia. Pensemos en una educación eficaz, en tender la mano de la solidaridad, o este llanto será infinito como algún invierno.»
Juan Carlos Portero