Me desperté con dos inviernos a los lados

19 April 2024

«‘Me desperté con dos inviernos a los lados’. El título de la primera novela de Elsa Veiga, en edición de Tres Hermanas, nos lleva un aliento frío a la nuca. El aliento del miedo, el maltrato, la violencia machista, el suicidio… Su libro y su conversación son un ejercicio de lo bien expresado, una delicia de reflexión, de mirar hacia la vida, los recuerdos, el presente y el futuro desde una perspectiva de sabio y sereno feminismo. Hemos abordado con ella nuestra ‘Entrevista 10’. Diez preguntas a partir de 10 extractos de su novela.

La idea de esta primera novela nació y se desarrolló poco a poco”, nos cuenta Elsa antes de pasar a las diez preguntas. “Muchas de las mujeres que me rodeaban me contaban historias de violencia en el hogar con padres, parejas, y lo hacían en esos momentos íntimos de confesiones que una revela un día señalado sin querer a la amiga más cercana y que destapa todo lo que le atormenta. Estoy hablando de hace diez años, cuando este tema no estaba de plena actualidad como ahora. Y entonces empecé a imaginar un espacio opresivo y a sus protagonistas. Tenía claro que iba a ser una historia de mujeres, protagonizada por ellas, pero no por dónde me llevaría ni cómo iba a desarrollarla. Un día, de repente tienes el tono, cómo van a hablar los personajes, cuáles son las voces y el estilo adecuado. La escribí a mano, de un tirón, en primera persona, y no funcionaba, así que pasé a la tercera persona meses después, tras dejarla reposar, y ahí ya empecé a añadir y quitar párrafos, capítulos. La estructura me costó, esos saltos en el tiempo para dar dinamismo al texto, pero finalmente vi que lo había logrado, que había escrito exactamente lo que quería contar. Ha habido mucho de escritura y reposo tras el primer borrador. Me gusta escribir y guardar, dejar pasar un tiempo y releer, a ver si lo siento igual, si me convence. Y esto durante meses, claro, si no, no vale. No hay que dejarse llevar por las primeras buenas impresiones de la escritura de uno mismo, hay que juzgarlas severamente antes de continuar o decidir que eso que has escrito merece la pena”.»

Rafa Ruiz