Me desperté con dos inviernos a los lados
¿Cómo surge Me desperté con dos inviernos a los lados (Tres hermanas, 2020)?
«Cuando escribí el primer borrador fue hace casi diez años, cuando el tema de la violencia de género no se trataba, como ahora, de un modo serio, como delito específico. Se hablaba de mujeres asesinadas casi como si fuera un crimen violento más. El feminismo apenas se comentaba en los medios, no tenía la fuerza que tiene ahora, y palabras como sororidad o expresiones como Me too no existían siquiera. Pero yo miraba a mi alrededor y analizaba lo que pasaba en algunas casas. Tenía amigas cuyos padres las maltrataban de una manera u otra. Madres que estaban sometidas al hogar y al poder económico del marido y que, además, en ocasiones, eran maltratadas. Eran historias que formaban parte de la vida de algunas familias, pero se normalizaba, de algún modo, hasta que una era asesinada y se consideraba un caso aislado.
Me preocupaba contar no solo la vida de una mujer maltratada y sometida, sino la de los hijos, atrapados con esos hombres bestiales en casas modestas, pequeñas, de barrios de clase media en una gran ciudad. Y, por otro lado, quería contar que esta violencia contra las mujeres ha existido siempre en la historia de la humanidad, y me remonté, para la segunda parte del libro, y para contar la historia de la abuela de la protagonista, a la Guerra Civil Española, y cómo la victoria del fascismo terminó con las oportunidades y la igualdad para las mujeres, que había iniciado la Segunda República, y que marcó a toda una generación, como la de mi madre. Uní dos temas de violencia, ambos históricos, en el fondo. El de la violencia contra las mujeres, desgraciadamente, no como un hecho histórico puntual, sino una especie de maldición contra nuestro sexo que no deja de producirse. Necesitaba escribir sobre esto y hacer una especie de homenaje a las víctimas pasadas y actuales de ambos conflictos. A las mujeres y a sus hijas e hijos.»