Pocas familias hay tan literarias como las Mitford. Todo en sus vidas -en la de cualquiera de las seis hermanas- es pura literatura y podrían parecer personajes de una novela. Ninguna de las Mitford fue al colegio: sus padres, Lord y Lady Redesdale, pensaban que era una excentricidad gastar el dinero en educarlas cuando estaban predestinadas a debutar en sociedad, encontrar un buen marido y pasar el resto de sus vidas dando instrucciones a las criadas. Pero ellas tenían otros planes.

De todas ellas, sólo una siguió la vida para la que había nacido: Deborah se casó con un duque y ejerció de Duquesa de Devonshire, cuidando de su mansión hasta su muerte. El resto fue una fuente continua de espectáculo: Pamela se casó con un científico, del que se separó para convivir en su granja con una mujer. Nancy, la mayor de las hijas, se dedico a la literatura. Sus novelas, inspiradas directamente en sus familiares, eran sátiras sobre la alta sociedad inglesa. Diana fue la primera hermana que escandalizó a la sociedad al separarse de su marido para ser la amante de Oswald Mosley, fundador de la Unión Británica de Fascistas. No fue la única que simpatizó con el fascismo: Unity se fue a Alemania en cuanto descubrió la ideología Nazi y formó parte del círculo íntimo de Hitler. Cuando se enteró de que Inglaterra declaraba la guerra a Alemania, su desesperación la llevó a pegarse un tiro en la cabeza y, aunque falló, las secuelas provocaron su muerte pocos años después. En el extremo opuesto, Jessica se escapó con un líder comunista y juntos viajaron a España en la Guerra Civil a defender la república.

Las Mitford. Cartas entre seis hermanas (Edición de Charlotte Mosley; traducción de Andrés Barba y Carmen M. Cáceres; Ed. Tres Hermanas) es una jugosa correspondencia que recorre el siglo XX a partir de los vaivenes que sufrieron las Mitford. El libro, que se disfruta mucho más si se ha leído antes la biografía que apareció en Circe (Las hermanas Mitford) o Nobles y rebeldes, las memorias de Jessica Mitford (Libros del Asteroide, 2014), muestra cómo los vínculos entre las hermanas estuvieron siempre por encima de la Historia. Las cartas dejan ver sus acercamientos y sus conflictos, pero por encima de eso siempre está la enorme capacidad que tuvieron estas seis mujeres para reírse de todo, empezando por ellas mismas, y encontrar siempre en el humor el punto de unión.