El jardín colgante

«David Marr cuenta en el breve epílogo de El jardín colgante que Patrick White (1912-1990) abandonó el segundo borrador del libro tras el revuelo mediático que causó su indiscreta autobiografía, Flaws in the Glass. White, único Nobel australiano hasta el momento, había dejado dicho que sus manuscritos no publicados fueran destruidos a su muerte, pero su albacea aplicó la bendita doctrina de Max Brod: si en verdad White quería destruir sus inéditos, ¿por qué no lo hizo él mismo?».

Alberto Gordo.