Ernesto Calabuig indaga sobre la finitud humana en su libro de relatos, ‘La playa y el tiempo’
¿Sigue teniendo esa sensación de intimidad y de manifiesta complicidad con el lector cuando publica un nuevo libro?
Sí. Incluso creo que ha ido a más esa sensación. Este es mi cuarto libro. En el primero, de hace ya doce años, tenía todavía una impresión de escribir a solas, para mí, casi como si nadie o muy pocas personas fuesen a leerlo. Era la idea de una “plegaria no atendida”. Pero con los años, he ido conociendo a muchos lectores y lectoras que, además, me han ido comentando con mucha profundidad y cercanía cuánto les llegaba de las cosas que yo contaba. Ahora, por ejemplo, a raíz de La playa y el tiempo, muchas mujeres de cuarenta y tantos se han visto retratadas en gran manera por la protagonista del primer relato y me lo han dicho. Es una suerte esta comunicación interpersonal. Un lujo para un escritor que cuenta sus historias esperando que lleguen y digan cosas.
Pedro M. Domene