«No hace tanto tiempo, la llegada del verano y el final del curso escolar eran sinónimos del comienzo de un periodo vacacional que se prolongaba durante tres largos meses, para regocijo de pequeños y desesperación de mayores. Y aunque es un periodo que asociamos por lo general con escenas playeras, no todas las familias tenían la oportunidad de desplazarse a la costa y solazarse en la arena. A Miguel, el muchacho de 12 años que protagoniza El secreto de la hierba, segunda novela del escritor almeriense Alejandro Melero, no le queda otra que pasar el estío en su pequeño pueblo de interior, donde no existe ni una mísera piscina. Junto a él, sus padres y tías, su hermano Felipe, su amiga y compañera Angelitas y unos primos llegados desde Barcelona, donde precisamente se están celebrando los Juegos Olímpicos.

Todo transcurre en esa atmósfera cerrada, tremendamente lorquiana, en la que el calor resulta tan asfixiante como las habladurías que, a media voz, apenas susurradas, recorren las calles y se ocultan en alcobas y patios. Es ahí donde el jovencito Miguel comienza a cambiar su mirada infantil, emprende el tránsito hacia ese momento en el que, de un día para otro, lo permitido pasa a estar prohibido. Días en los que prestar atención a cualquier movimiento para evitar un tropiezo del que nos arrepintamos para siempre».

Antonio Rojas